Es hora de actuar ante el cambio climático
(Artículo publicado en la revista «El Cotarro» de la Asociación Cultural Amigos de Guzmán en Agosto 2020)
El pasado verano, se nos avisó en una charla en la semana cultural de Guzmán las consecuencias que está teniendo el cambio climático en el planeta. De cómo el aumento de temperatura del planeta va a producir más y más catástrofes naturales. Y de que, si no actuamos YA, nuestros hijos y nietos vivirán en un desierto inhabitable. Las personas que asistimos a la charla, nos revolvíamos pensando en estas consecuencias, en la idea de que nuestros nietos no conozcan lo que es una viña y la ribera del Duero sea un secarral.
Todos nos planteábamos la duda de qué se puede hacer desde un pueblo como el nuestro. Parecía que todo estaba en manos de los políticos y las grandes corporaciones, y que sin un cambio radical en las políticas de energía no se podría acabar con los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas) y empezar a producir energías renovables. Lo que entonces no sabíamos era que desde el año pasado, la nueva ley 244/19 ya permite a cualquiera instalar placas solares para generar energía renovable y consumirla en el propio hogar o empresa. Energía limpia, que no genera CO2 y que puede ser consumida durante las horas de sol o bien vertida a la red para que otras personas la consuman.
Ha pasado poco menos de un año desde aquella charla, y una terrible pandemia nos ha obligado a todos a confinarnos. Como si el planeta nos obligase a hacer una pausa para reflexionar. ¿Qué queremos cambiar para mejorar la salud de nuestro planeta hoy y la de las generaciones venideras? ¿Qué puedo hacer yo para evitar el calentamiento global? ¿Cómo puedo cambiar mis hábitos para emitir menos CO2 a la atmósfera?
Gracias a la nueva ley de autoconsumo renovable que ya es realidad en toda la Unión Europea, cualquiera puede generar electricidad limpia desde su propia casa. Y la tecnología ha avanzado tanto, que ya no es una locura sino un cambio rentable que genera beneficios económicos, pero sobre todo medioambientales.
Además, la ley también permite crear “comunidades energéticas locales”, mediante las que grupos de vecinos unen esfuerzos para generar su propia energía limpia y compartir entre ellos lo que hasta ahora era monopolio de las grandes empresas energéticas.
Es una forma de cooperar entre vecinos, gracias a la cual la energía se produce en el mismo sitio en el que se consume. Así no es necesario llenar un país de grandes torres de alta tensión ni tampoco llenar los campos de paneles solares o molinos de viento que esquilmen el paisaje y los recursos rurales. Por eso, un pequeño pueblo puede ser un espacio excelente para una pequeña instalación de energía solar. Se trata de una comunidad de tamaño reducido, con diversidad de usos energéticos (desde un hogar de vacaciones, una casa o una pequeña empresa) que pueden acoplarse muy bien a los requerimientos de las renovables.
Esta nueva ley posibilita un montón de distintas alternativas: por ejemplo, un ayuntamiento que quiere utilizar la cubierta de un edificio o un terreno para abastecer a sus distintos puntos de suministro y a los vecinos interesados; o una nave que aprovecha su buena orientación para una instalación grande que sirva para sus necesidades y también la de los hogares y otras empresas.
Este tipo de proyectos son un beneficio para todas las personas que participan en él: se ponen en común recursos ociosos, se reducen los costes al hacer una gran instalación y no varias pequeñas, y se aprovecha mejor la producción renovable a lo largo del tiempo.
Son proyectos en los que pocas personas haciendo cosas pequeñas, se ponen de acuerdo para cambiar el mundo.
En el pueblo ya somos 10 familias y empresas que estamos pensando montar una pequeña comunidad energética local, ¿te imaginas que todo el pueblo genera y consume su propia energía verde? ¿te imaginas que el pueblo se convierte en el primer pueblo que no emite gases de efecto invernadero? Son sueños de futuro que hemos tenido durante la pandemia y que ahora es el momento de hacer realidad.
¿Te gustaría unirte a nosotras y nosotros? Pregúntanos y asiste a la charla-taller que vamos a organizar en agosto sobre este tema. ¡Tu pueblo y el planeta te necesita!